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La carta del papa Francisco por la muerte de Hebe de Bonafini

En una misiva a la Asociación Madres de Plaza de Mayo, cuyo contenido se conoció hoy, Francisco dijo que reza por el «descanso eterno» de Bonafini y resaltó que «en momentos donde imperaba el silencio, impulsó y después mantuvo viva la búsqueda por la verdad, la memoria y la justicia». El encuentro entre ambos en el Vaticano.

El papa Francisco le envió una carta a la Asociación Madres de Plaza de Mayo por la muerte de la presidenta de esa entidad, Hebe de Bonafini, y expresó que quiere estar «cerca de todas las personas que lloran su partida».

En la misiva, fechada ayer y difundida hoy por la organización, el Sumo Pontífice dice que «en esta, su última marcha», acompaña «con la oración, pidiéndole al Señor que le regale el descanso eterno y no permita que se pierda todo el bien realizado» y «a Ustedes, las conforte y acompañe para seguir siendo las Madres de la Memoria».

«Su valentía y su coraje, en momentos donde imperaba el silencio, impulsó y después mantuvo viva la búsqueda por la verdad, la memoria y la justicia. Una búsqueda que la llevó a marchar para que el olvido no se apoderase de las calles y de la historia y, el compromiso con el otro, fuera la mejor palabra y antídoto contra las atrocidades que se padecieron», destacó Bergoglio sobre la presidenta de Madres de Plaza de Mayo.

Hebe «supo transformar su vida, como Ustedes, marcada por el dolor de sus hijos e hijas desparecidos, en una búsqueda incansable por la defensa de los derechos de los más marginados e invisibilizados», remarcó el papa.

Agregó: «Recuerdo, en el encuentro que tuvimos en el Vaticano, la pasión que me transmitía por querer darle voz a quiénes no la tenían».

La misiva cerró con un pedido de orazión. «Rezo por Ustedes; por favor, no se olviden de rezar por mí. Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa las cuide», escribió el Sumo Pontífice.

Tal como describe esta nota de Página/12, no resulta fácil calificar y describir la relación entre Hebe de Bonafini y el papa Francisco que atravesó tiempos de duras críticas –sobre todo por parte de la líder de los derechos humanos- y mutó hasta el afecto que nació entre ambos, que en los últimos años se expresó en mutuo reconocimiento y se plasmó en asiduos intercambios epistolares siempre encabezados por un “querido Francisco” y “querida Hebe”.

Difícil habría sido predecir que Francisco, hoy Papa, es el mismo Jorge Bergoglio que siendo arzobispo de Buenos Aires en 2002 intentó entorpecer una protesta de las Madres, con Bonafini a la cabeza, en la catedral metropolitana. Tan difícil como admitir que Hebe cambiaría sus frontales críticas al entonces arzobispo -a quien quiso “montarle un baño detrás del altar de la catedral”- por las cálidas palabras que en los últimos tiempos le dedicó al Papa admitiendo que “Bergoglio transformó la Iglesia desde que está en el papado”, como afirmó en reciente entrevista concedida al periodista Lucas Schaerer.

Si bien Francisco y Hebe no convergieron en sus perspectivas ideológicas y políticas, sí hubo sintonía respecto de temas comunes en la búsqueda de la justicia y la defensa de los derechos humanos, así como una cercanía y respeto mutuo que se afianzó no solo a través de intercambios epistolares asiduos sino también con llamadas telefónicas frecuentes. En público y en privado los dos admitieron que creció entre ambos una amistad cimentada en la preocupación común por los pobres y sus derechos a pesar de las trayectorias tan diferentes de ambos.

«Una relación muy activa»
Este lunes, el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados y exembajador en El Vaticano, Eduardo Valdés, dijo que la fallecida presidenta de Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini y el Papa Francisco mantenían un «diálogo fluido» y afirmó que ambos tuvieron en los últimos años «una relación muy activa».

Valdés recordó que, desde que empezó a visitar a Francisco «antes de que sea embajador, él siempre decía que quería poder encontrarse con Hebe».

La visita de la presidenta de Plaza de Mayo a Francisco se concretó finalmente en 2016. «Fue un encuentro muy lindo. Francisco la recibió en Santa Marta, no en el Palacio Apostólico», comentó el exembajador en El Vaticano.

Valdés también contó, en diálogo con Télam, que Francisco siempre expresaba: «Con lo que esta mujer ha sufrido me puede decir lo que quiera».

«Se mantenían comunicados a través de cartas, se hablaban por teléfono; si necesitaba algo, él la llamaba. Tenían diálogos telefónicos muy fluidos. Generaron un buen vínculo», aseguró el diputado del Frente de Todos (FdT).

En una entrevista radial con Valdés de hace meses, Hebe de Bonafini había hecho referencia a esa relación y comentó que mantenía «una relación muy linda, muy amorosa» con el Papa Francisco. «Yo había perdido la fe completamente y todo eso, y con esta relación a uno le devuelve la fe, que es tan necesaria en momentos tan duros; sin fe no se puede vivir», había dicho entonces la Presidenta de Madres.

Hebe falleció este domingo, luego de estar internada una semana en el Hospital Italiano de La Plata. Durante su hospitalización, fue el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel «Tucho» Fernández, uno de los obispos más cercanos a Francisco, el encargado de acercarle a Hebe el saludo del Papa.

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