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Crudo testimonio: cómo es ser una joven militante antiguerra en Rusia

«Nadia» estudia en San Petersburgo. Reveló a detalles sobre cómo se vive el conflicto fronteras adentro de Rusia y contó que sus amigos fueron presos tras las manifestaciones contra la invasión.

«Todo depende de la ‘burbuja’ en donde te muevas», explica Nadia, joven rusa originaria de una pequeña ciudad al este del país que desde hace seis años vive y realiza sus estudios en San Petersburgo (se utilizó un nombre falso para preservar su identidad).

«En mi ‘burbuja’, todos parecen estar en contra de la guerra, incluso algunos adultos. Pero yo solo puedo hablar por las personas que conozco. Lo que ocurre es que a la mayoría de las personas no les interesa, creen que no les afecta. Hasta mi mamá está a favor de la guerra», contó.

«Normalmente existe una especie de acuerdo implícito entre el gobierno y la gente, algo así como ‘si vos no interferís, yo no te molesto’. La política del régimen está construida en la no participación de la gente. Pero ahora que ese acuerdo ‘se rompió’, la gente está shockeada y escapa de a montones. Hay personas que se ofrecen voluntarias para combatir, pero son más la excepción que la regla», relató.

«En la televisión no paran de decir que Europa odia a los rusos, que hay ‘rusofobia’ y que quieren matarnos a todos, y que tenemos que pelear par sobrevivir», contó.

No obstante, Nadia tiene esperanzas de que «la gente empiece a abrir sus ojos sobre lo que es esta guerra» ahora que empezaron a llamar a los hombres a las armas.

La guerra, según cuenta, no es igual para todos los rusos: los mismos que iniciaron el conflicto bajo pretextos de «racismo» y «xenofobia», a la hora de llamar civiles a combate elige a personas de provincias anexadas.

«Por ahora solo están llamando a personas de repúblicas nacionales de nuestro país. Me parece muy cruel, casi racista. Pero tampoco sabemos mucho sobre eso. Solo sé que es horrible y me estruja el corazón», testimonió Nadia.

Nadia es una joven activa y comprometida con sus ideas: participó en varias reuniones de jóvenes de San Petersburgo que se organiza para promover propaganda pacifista y colaborar en contra de la guerra. Sin embargo, las autoridades rusas implementaron políticas más firmes sobre los disidentes.

«No sé qué hacer ahora. Ya han arrestado a algunos amigos y sé que están pasando por cosas horribles, así que ahora me asusta incluso reunirme. Por ahora, solo dono a algunas organizaciones que ayudan a las personas bajo arresto a mantener algunos de sus derechos, porque cualquier tipo de ayuda a Ucrania es ilegal y podés ir a la cárcel solo por intentar ayudar de alguna forma a los ucranianos», explicó.

«De todas maneras, me enorgullece saber que mis amigos están haciendo esto, y quiero que se sepa que hay rusos en contra de la guerra», agregó.

La política del régimen está construida en la no participación de la gente. Pero ahora que ese acuerdo ‘se rompió’, la gente está shockeada y la gente escapa de a montones
Nadia se siente principalmente decepcionada de su país y no tiene en claro cómo será su futuro allí. Sin embargo, se niega rotundamente a exiliarse: «No voy a irme de mi país porque aún si las cosas están empeorando, me siento muy comprometida con Rusia y con las personas que están en contra de la guerra acá», expresó.

«Solo espero que esta guerra termine pronto. Realmente, no quiero que nadie más muera y me entristece ver un montón de gente que se va del país, especialmente los hombres, porque si no se verán forzados a combatir. Me rompe el corazón, es horrible, la guerra es horrible», manifestó.

Fuente: Cadena 3

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