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Empresas recuperadas lanzan una moneda propia y una plataforma de comercio online

Se trata de la Moneda de Intercambio Argentina, desarrollada por el el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. El objetivo es fortalecer a las cooperativas del sector. Eduardo Murúa, referente del MNER, y Bruno Di Mauro, titular de Farmacoop, hablaron con Ámbito sobre su desarrollo y la mirada a futuro

Bajo el lema “La cooperación supera a la competencia”, el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) lanza oficialmente este sábado la Moneda de Intercambio Argentina (MIA) y la plataforma MonedaMIA, una alternativa para la comercialización de productos y servicios del sector autogestivo que tiene por objetivo consolidar el rol de sus principales actores: trabajadores, empresas y productores de la economía popular.

Cuando la década del ‘30 llegaba a su fin y quedaban atrás los “años locos” del jazz y el Charleston en EEUU, la primera gran crisis del capitalismo golpeó como pocas veces las finanzas del principal centro económico del mundo. El crack de 1929 desatado en Wall Street se desperdigó por todo el país, cruzó el Atlántico y afectó a las potencias europeas.

De aquel lado del océano, unos años después, en 1934, un grupo de empresarios suizos encabezados por Werner Zimmermann y Paolo Enz decidieron crear una moneda social para despegarse de la crisis que atravesaba el país y el mundo. Fue entonces que, tomando como ejemplo a la cooperativa danesa JAK Medlemsbank, crearon el WIR.

El Banco WIR, que en su traducción del alemán significa “Nosotros”, nació como un método de comercialización entre empresas sin utilizar dinero fiduciario, en este caso el Franco suizo. Durante sus primeros años, ofrecía créditos sin interés, al igual que la banca islámica, lo que lo convirtió en una opción estable y progresiva para promover el comercio entre pequeñas y medianas empresas locales.

Si bien la tradición original de otorgar préstamos a tasa cero fue modificada con los años, actualmente sus créditos son bajos y la premisa de contribuir a la estabilidad continúa, ya que está basado en una lógica contracíclica: a diferencia de los bancos tradicionales, cuando llegan las crisis el Banco WIR ofrece más créditos. Actualmente, la conversión del sistema contable WIR se sostiene bajo una paridad uno-a-uno con el Franco suizo.

La Moneda de Intercambio Argentina
Con el objetivo de replicar el modelo WIR, el MNER decidió crear una moneda social complementaria denominada MIA, la cual comenzó a distribuirse meses atrás entre distintas empresas recuperadas y será presentada en sociedad este sábado a las 12 horas en el Mercado de Flores de la Ciudad de Buenos Aires.

Uno de sus impulsores, Eduardo “Vasco” Murúa, referente del MNER, habló con Ámbito para explicar los motivos que los llevaron a crear este tipo de dinero alternativo.

“La creación del MIA está basada en el WIR de Suiza. Es un modelo surgido en la década del ‘30 de la mano de un grupo de empresarios que en medio de un proceso de quiebra deciden hacer una moneda de intercambio entre ellos”, cuenta Murúa a este medio y agrega: “Hoy, después de distintas etapas, tienen un banco que da créditos para hacer casas, podés comprar un auto o pagar el café en un bar. Funciona muy bien”.

La propuesta de Murúa es replicar el modelo suizo en Argentina y su implementación ya comenzó con la creación de dos tipos de billetes: uno de 500 y otro de 1.000 MIA que comenzaron a ser distribuidos entre los trabajadores de distintas empresas recuperadas durante este año.

Bruno Di Mauro, presidente de Farmacoop, el primer laboratorio recuperado del mundo, explicó los motivos de su creación: “La idea nace de una necesidad de poder fomentar el consumo de productos de la economía popular y de empresas recuperadas en particular”.

Junto con la comercializadora y distribuidora RECOOP, el exlaboratorio Roux Ocefa estuvo en el primer grupo de fábricas recuperadas en aplicar la experiencia del MIA. Comenzaron la prueba un año atrás, con el pago de una parte del salario a los y las trabajadoras.

“La primera vez entregamos 1.000 MIA a cada uno”, explica Di Mauro, aunque señala que no todo fue color de rosas ya que “había cierto prejuicio y duda al respecto de la oferta de productos que iba a haber para comprar”. Sin embargo, poco a poco fue disipándose la incertidumbre luego de que comenzaran a experimentar la ventaja de adquirir productos y servicios a otros compañeros y compañeras del sector, a un precio entre 30 y 40% más económico que en comercios tradicionales.

La prueba piloto fue un éxito y eso dio paso a la ampliación de la misma. No solo a través de un retiro mayor de MIA, que en Farmacoop ya se encuentra en 3000 por mes, sino también a la cantidad de empresas que los utilizan: en palabras de Di Mauro, abarca a “por lo menos 15 o 20 empresas”, entre las que se encuentran los almacenes RECOOP, restaurantes, bares, tiendas varias y distintos tipos de servicios.

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