Salud

Día Mundial para la Prevención del Suicidio: la incidencia de los trastornos de la conducta alimentaria

Los cuadros de desórdenes en la alimentación pueden estar asociados con síndromes depresivos.

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio (DMPS), que se conmemora anualmente el 10 de septiembre, es organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y cuenta con el aval de la OPS y la OMS. El evento representa un compromiso mundial para centrar la atención en la previsión de este acto. Pero ¿qué vinculación tiene con las personas que padecen un trastorno alimentario?

Los trastornos de la conducta alimentaria constituyen una problemática de salud con alto impacto en la sociedad por los efectos físicos y mentales y por el alto riesgo suicida. Se han realizado estudios que indican que aproximadamente un 20% de las personas que padece un cuadro de anorexia o bulimia nerviosa tuvo intentos de suicidio o presentó autolesiones.

Los cuadros de desórdenes alimentarios pueden estar asociados con síndromes depresivos lo que suele intensificar ideas de muerte. Sin embargo, muchas veces el suicidio sucede por el abuso de sustancias o rasgos impulsivos, la comorbilidad con otros trastornos de la personalidad o trastornos de pánico o de estrés postraumático.

En ocasiones, no se puede predecir la ocurrencia de un suicidio, pero hay algunas señales de alarma que funcionan como indicios y, si las detectamos, es importante buscar ayuda profesional.

Señales de alarma para la prevención del suicidio
Algunas de ellas son:

-Desmotivación.
-Sensación de agotamiento vital.
-Sentimiento de inutilidad, de falta de sentido de la vida.
-Aislamiento del grupo de pares.
-Dificultad para sentir placer en actividades que antes se disfrutaban.
-Angustia y tristeza recurrente.
-Consumo de sustancias.
-Autolesiones.
-Bajo rendimiento escolar, cambios en el apetito, insomnio o hipersomnolencia, dificultad para concentrarse o prestar atención, pensamientos en torno a la muerte.


Cómo abordar a las personas que padecen un trastorno alimentario
-Hacer una buena evaluación y un diagnóstico exhaustivo y preciso para diferenciar si hay un cuadro franco de trastorno de la conducta alimentaria o por el contrario el desorden es comorbilidad de otro tipo de trastorno mental.
-Tener una mirada más integrativa del paciente y poder definir el tipo de tratamiento y el pronóstico.
-Prestar suma atención a los adolescentes y a los cambios de actitud, ya que la adolescencia es un período de cambios corporales, hormonales, de duelos, lo que vuelve a los adolescentes más vulnerables al riesgo suicida.
-Observar si hay aislamiento, si empiezan a mostrarse más tristes e irritables, si usan ropa holgada, si calculan calorías, si empiezan a saltearse comidas o a ir al baño inmediatamente después de una de ellas.

Todas estas actitudes son signos de un malestar psíquico que subyace y los profesionales especializados deben indagar y elaborar estrategias para ayudar al paciente

Además, como sociedad es importante dejar de tomar a la salud mental como un tema tabú y accionar para darle más visibilidad ya que lo que no se pone en palabras hace síntoma en el cuerpo y enferma.

Otros datos que alertan
-En América, se estima que 93.737 personas murieron por suicidio en 2019, lo que resulta en una tasa de mortalidad por suicidio ajustada por edad de 9,0 por 100.000 (14,2 por 100.000 para hombres versus 4,1 por 100.000 para mujeres).
-La subregión identificada con la tasa de mortalidad por suicidio más alta fue América del Norte, con una tasa de 14,1 por 100.000, seguida por el Caribe no latino con una tasa de 9,5 por 100.000.
-Si bien las tasas de suicidio son considerablemente más altas entre los adultos mayores, los jóvenes no están a salvo de este problema de salud pública. En 2019, se estimó que los jóvenes de 10 a 19 años representaron el 4,6 % del total de muertes por suicidio.

Otras noticias interesantes