Este martes 4 de octubre se celebra el Día Mundial del Animal, con el objetivo de concientizar sobre los derechos de los animales, la protección y el respeto que merecen como seres vivos, y además se conmemora a San Francisco de Asís, considerado el santo patrono de los animales.
Se indicó que la creación de esta efeméride fue una iniciativa de la Organización Mundial de Protección Animal, que estipuló la fecha durante un congreso en Viena en 1929.
El objetivo de este día no solo se centra en festejar a los animales, sino también en concientizar sobre sus derechos y la protección que necesitan, sobre todo en aquellas especies que son damnificadas y/o se encuentran en peligro de extinción.
El 4 de octubre fue elegido en conmemoración a San Francisco de Asís, considerado la primera persona que se concibió a sí mismo en relación con todas las creaciones y que consideraba que todos los seres vivos, incluyendo los animales, son criaturas de Dios.
De hecho, el papa Juan Pablo II en 1980 declaró a San Francisco de Asís patrono de los veterinarios, animales y los ecologistas, santo reconocido por su prédica por los animales y el medioambiente.
Incluso, hasta la actualidad, una gran cantidad de devotos se acercan a las iglesias buscando la bendición para sus mascotas.
Algunas especies bajo amenaza de extinción en la Argentina:
Ballena franca austral: se lo conoce como el mamífero más grande de Argentina y es víctima de la caza. Se cree que en el territorio marítimo argentino se encuentra un 20% de todos los ejemplares del mundo.
Guacamayo verde: a pesar de que se la creyó extinta, algunos ejemplares aún permanecen con vida en el norte argentino. Sin embargo, esta especie se ve amenazada por los cazadores que buscan su plumaje.
Cóndor andino: ave que habita en los Andes y suele ser envenenada por los cebos tóxicos de la industria ganadera.
Yaguareté: suele ser encontrado en Esteros del Iberá y se encuentra amenazado principalmente por la caza y la destrucción de su hábitat.
Tatú carreta: también llamado armadillo. Suele habitar en los bosques de Chaco y su principal amenaza son los coleccionistas que los persiguen y cazan por su carne y caparazón.
