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¿Por qué se celebra hoy 30 de agosto a Santa Rosa de Lima?

Conoce por qué los peruanos conmemoran esta fecha y desde cuándo hay registros periodísticos de tan importante fecha.

Este martes 30 de agosto es un feriado muy especial en el Perú, sobre todo para los devotos de Santa Rosa de Lima, pues se conmemora el día de la patrona de América y las Filipinas, quien consagró su corta vida (murió cuando apenas tenía 31 años de edad), a la oración y a ayudar siempre a las personas pobres y enfermas.

Desde cuándo se celebra a Santa Rosa de Lima en Perú, cuál es el registro periodístico más antiguo de esta fiesta y qué archivo fotográfico inédito sobre la también patrona de la Policía Nacional y enfermeras existe. Te lo contamos en esta nota:

¿Quién fue Santa Rosa de Lima?
La santa limeña se llamaba Isabel Flores de Oliva y nació el 20 de abril de 1586 en la capital del virreinato del Perú. Su vida estuvo consagrada a la oración y a ayudar a los pobres y enfermos. Si bien ingresó a la Orden Tercera de Santo Domingo, para la época no existía un monasterio femenino de dicha orden en Lima, por lo que la joven Isabel empleó el huerto de su casa como un lugar de retiro y contemplación.

Se cuenta que fue su madre quien la empezó a llamar Rosa por la hermosura y el tono rosáceo de su rostro.

A Rosa también se le conoció por llevar una vida de penitencias. No le gustaba su apariencia física pues atraía las miradas de los jóvenes, dispuestos a casarse con tan bella dama. Por ello se cortó su larga cabellera y cubrió su cara con un velo. La consagración hacia Dios era su misión y debía evitar las tentaciones.

La joven ayunaba por largas temporadas sin tomar agua, dormía en tablas y castigaba su cuerpo con latigazos. “Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor”, solía decir según la bibliografía sobre su vida.

Su santidad fue reconocida por los limeños cuando ella aún estaba viva y por eso sus penitencias eran comentadas por toda la ciudad. Por lo tanto ya era considerada una santa mucho antes de que el Papa Clemente X la canonizara en 1671, convirtiéndose en la primera santa de América. El mismo Pontífice la declaró patrona principal del Nuevo Mundo (América), Filipinas e Indias Occidentales.

Su vida terminó cuando apenas tenía 31 años de edad. Se ha escrito que miles de personas asistieron a sus funerales para despedirse de ella, un fervor que se mantiene hasta el día de hoy y que se refleja en las largas colas que sus devotos forman en vísperas del 30 de agosto, con el afán de dejarle una carta. Estas misivas se arrojan en el conocido pozo de los deseos, ubicado en el santuario que lleva su nombre.

En el santuario está la iglesia y convento construidos en el siglo XVII y XVIII, al lado de la casa donde vivió Isabel Flores de Oliva, en la primera cuadra de la avenida Tacna, en el centro de Lima.

Se espera que este año concurran cientos de personas, pues podrán volver a dejar sus cartas de manera presencial, después de dos años debido a la pandemia del COVID-19.

¿Desde cuándo se celebra a Santa Rosa?
Si bien no hay registro periodístico de cuándo se instituyó el feriado por el día de Santa Rosa de Lima, se conoce que la fiesta de conmemoración a la santa se inscribió en el calendario general romano en el año 1727, indicando como fecha de celebración el día 30 de agosto, entonces el día más cercano del aniversario de su muerte (24 de agosto).

En otros países se le recuerda el 23 de agosto, día anterior al aniversario de su muerte. Para los países hispanoamericanos de los que es patrona, como en el Perú, se sigue conservando el 30 de agosto.

Desde el año de su fundación, el diario El Comercio registró para la historia las tradicionales conmemoraciones del día de la santa peruana. En su edición del 31 de agosto de 1839, en las páginas 3 y 4, el decano informó sobre los actos religiosos acontecidos en su homenaje.

En esa edición se lee: “El señor canónigo Arce pronunció el panegírico de la Santa y después de la misa se hizo la procesión por la plaza; una gran concurrencia de personas de todas clases y condiciones, la formación de las tropas que se hallan en esta ciudad, y lo agradable de sus músicas hicieron una función lucida”.

Lima tenía cerca de 55 mil habitantes, según el censo de 1836, por lo que era imposible que este este tipo de eventos pasara desapercibido para los residentes de la capital y, sobre todo, para los fieles católicos.

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