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Irán condena a muerte a un discapacitado de 22 años

Dehmordeh «confesó haber tirado piedras y prender fuego un neumático». El juez respondió que «cualquiera que proteste contra el gobierno será condenado».

Irán continúa condenando a muerte a jóvenes, como lo confirmó este jueves con un discapacitado de apenas 22 años. Mansour Dehmordeh, de etnia baluchi fue sentenciado por un tribunal de la ciudad de Zahedan, a raíz de su apoyo a las protestas.

El hombre fue juzgado el 3 de enero pero fue informado de la sentencia por el juez dos días después. Tiene la misma edad que Mahsa Amini, la kurdo-iraní detenida a mediados de septiembre por la policía por no llevar correctamente el velo y luego fallecida a causa de los golpes sufridos bajo custodia de agentes de seguridad.


«Confesó haber tirado piedras y prender fuego a un neumático, pero el juez respondió que cualquiera que proteste contra el gobierno de Jamenei será condenado a muerte», dijo una fuente a los activistas. Además de Dehmordeh, otros manifestantes de 18 años esperan al verdugo, como Arshia Takdestan, recientemente sentenciada por el tribunal revolucionario de Mazandaran por los mismos cargos.

En este clima de alta tensión, con 516 manifestantes muertos, incluidos 70 menores de edad y 19.262 detenidos, según la agencia de noticias Hrana, la reacción de las autoridades iraníes no se hizo esperar tras la publicación de las caricaturas por parte del semanario satírico Charlie Hebdo, acusado de retratar ofensivamente al líder supremo iraní Ali Jamenei. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Teherán anunció el cierre del instituto de investigación francés (IFRI) como un «primer paso», lo que provocó una reacción de enfado en París, que calificó esta medida de «deplorable», en caso de que se confirme.

En las mismas horas, la justicia francesa abrió una investigación sobre el ciberataque a la web del diario. En cambio, un alto funcionario de la justicia iraní, el asistente para asuntos internacionales del Poder Judicial y secretario del comité para los derechos humanos, Kazem Gharibabadi, propuso al Fiscal General que lleve a cabo una investigación detallada sobre las supuestas denuncias de violencia sexual. También resultó impactante fue la historia que tuvo como protagonista a una periodista iraní, hospitalizada por unas horas después de que se desmayara durante una audiencia judicial en la que se examinaban las acusaciones en su contra.

El portal IranWire especifica que Nazila Maroufian se sintió enferma el 4 de enero en la sala del tribunal de la ciudad de Varamin, cerca de Teherán. Según fuentes bien informadas de su caso, la periodista fue trasladada al hospital Mufteh de Varamin y luego devuelta a prisión tan pronto como recuperó el conocimiento, pero antes de que terminara su tratamiento. Según las mismas fuentes, la reportera sufrió «intensos interrogatorios por parte de sus carceleros»

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