Un parlamentario ruso instó a las instituciones estatales a dejar de utilizar la aplicación de mensajería, WhatsApp. Por su parte, el Ministerio de Industria trató de promover los software de producción nacional. Ambas medidas se dan en un marco en el que Rusia busca desprenderse de la tecnología occidental.
Desde marzo, Rusia declaró a la empresa propietaria de WhatsApp, Meta Platforms Inc, como culpable de «actividad extremista». Y posteriormente fue incluida en la lista de «terroristas y extremistas» de la agencia de vigilancia financiera Rosfinmonitoring
Por su parte, el abogado de Meta negó las acusaciones ante los tribunales. Sin embargo, Rusia bloqueó Facebook e Instagram. La medida fue llevada a cabo alegando restricciones a los medios de comunicación rusos y algunas publicaciones permitidas a los usuarios en Ucrania.
Nuevo avance contra Meta en Rusia
WhatsApp permaneció disponible pero Anton Gorelkin, jefe adjunto de la comisión de política informativa del Parlamento ruso, planteó establecer nuevas restricciones en relación a esta plataforma. «Creo que es necesario introducir una prohibición total del uso de WhatsApp para fines oficiales para los empleados estatales y municipales rusos», escribió Gorelkin en Telegram, una aplicación de mensajería alternativa muy popular en Rusia.
«Que sea una alternativa rusa o de Dubai no importa: lo principal es que no pertenezca a una empresa que participa abiertamente en la guerra informativa contra nuestro país y está incluida en la lista de organizaciones terroristas y extremistas», siguió el funcionario ruso.
Búsqueda de autonomía tecnológica
Tras el comienzo del conflicto bélico con Ucrania, Rusia reconoció atravesar importantes deficiencias en su industria electrónica. Pero en ese marco, mientras las sanciones occidentales y el éxodo de empresas extranjeras obstaculizan su acceso a las importaciones y soluciones tecnológicas, Moscú sigue intentando impulsar dicha industria con exenciones fiscales y préstamos preferenciales.
Por su parte, Vasily Shpak, viceministro de Industria y Comercio, afirmó que los espacios dejados por los fabricantes extranjeros de telecomunicaciones deberían ser ocupados por empresas nacionales. «Este nicho debe ser llenado por nuestros productores», dijo Shpak, pidiendo que los productos electrónicos con software nacional formen la «base de la independencia tecnológica de Rusia».