La inflación en Turquía sigue disparada y superó el 83% anual en el mes de septiembre, un alza que se produce por decimosexto mes consecutivo. Según datos oficiales publicados el lunes, la subida de los precios fue del 83,4% anual en el mes pasado, superando el 80,21% de agosto.
Este fuerte aumento de los precios al consumo, sin precedentes desde julio de 1998, es la consecuencia del derrumbe de la libra turca, que perdió este año la mitad de su valor, y se produce tras una nueva baja de las tasas de interés del banco central (13 a 12%).
Turquía padece una inflación de dos dígitos sin interrupción desde principios de 2017, `pero nunca llegó a los niveles actuales desde la llegada al poder del presidente Recep Tayyip Erdogan en 2003.
El mes pasado la inflación turca se aceleró a un nivel visto por última vez a mediados de 1998, impulsada por una política experimental del banco central que ahuyentó a los inversores extranjeros y erosionó el valor de la lira.
El giro de la política económica convirtió a Turquía en un caso atípico entre las autoridades monetarias mundiales, la mayoría de las cuales están endureciendo agresivamente para controlar los aumentos de precios.
Como resultado, Turquía tiene las tasas de interés negativas más profundas del mundo cuando se ajustan por inflación, privándola de un amortiguador para proteger los activos locales contra una venta masiva. La lira ha perdido más de 50% de su valor frente al dólar en los últimos 12 meses.