Al menos 174 personas murieron, entre ellas 17 niños, y otras 300 resultaron heridas a raíz de los disturbios registrados en el estadio de Kanjuruhan, en la región javanesa de Malang, Indonesia, tras un partido de fútbol entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya, cuando las fuerzas de seguridad respondieron a una invasión de campo con el uso de gases lacrimógenos que ocasionaron una enorme estampida humana.
El gobernador adjunto de la provincia, Emil Dardak, confirmó la actual cifra de muertos en una conferencia de prensa recogida por Kompas TV, citó la agencia de noticias Europa Press.
Además, el número de heridos ya ronda los 300, según el portavoz de Protección Civil de la provincia, Budi Santoso, en declaraciones recogidas por la agencia DPA.
La mayoría de los niños fallecidos tenían entre 12 y 17 años, según el portavoz del Ministerio de Empoderamiento de la Mujer y Protección Infantil, Nahar.
El inspector general jefe de la Policía de Java Oriental, Nico Afinta, señaló que las protestas estallaron tras la derrota del Arema FC contra su adversario, según recoge al medio local Suryamalang. Los aficionados del equipo perdedor saltaron al campo de juego con la intención de demandar explicaciones por el resultado.
Anfinta afirmó que los guardias de seguridad tomaron medidas preventivas y de distracción para que «el caos no escalara» lo que incluyó el uso de gases lacrimógenos.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, dio orden de suspender todos los partidos de la liga nacional hasta que no se aclare lo que ha descrito como una «verdadera tragedia humanitaria».
«Esto no se puede repetir en el futuro», remarcó el mandatario durante una comparecencia ante la Nación y agregó: «Pido a las fuerzas de seguridad, y muy especialmente a la Jefatura de Policía, que investiguen inmediatamente lo que ha ocurrido».
Por su parte, la Federación de Fútbol indonesia (PSSI) había señalado anteriormente que «lamenta las acciones de los fanáticos» y dio cuenta que se constituyó un equipo de investigación en la ciudad de Malang donde está el estadio.
Este incidente «está manchando la cara del fútbol indonesio», consignó la PSSI que detuvo la competición de la Liga 1 2022/2023 «por el momento» durante «una semana», en tanto el Arema FC «tiene prohibido ser anfitrión por el resto de la competición esta temporada».